lunes, 10 de noviembre de 2008

Las marcas del ratoncito Rodriguez

Un día te levantas y no sabes dónde estás. A tu lado alguien ocupa media cama, intentas recordar qué pasó la noche anterior pero solo puedes pensar en el dolor de cabeza que tienes. Desesperas un poco al darte cuenta que no estás en tu habitación y que no sabes cómo llegaste hasta allí. Te levantas dispuesta a irte a casa, pero despiertas al otro ocupante de la cama, el cual supones es el dueño de la casa. Si tuviera algo de suerte todo habría quedado en una simple anécdota, una noche con demasiado alcohol y una aventura de una noche con un apuesto desconocido. Claro que no voy a tener tanta suerte...

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