lunes, 16 de febrero de 2009

Saltar

Me despojaste de todas mis armas, poco a poco, casi con delicadeza y ahora me encuentro con tu espada al frente y un acantilado cubriéndome la retaguardia. No tengo miedo de saltar al vacío. Tampoco te tengo miedo a ti ni a tu espada. Lo que me aterra es sentirme acorralada. Si salto saltarás conmigo y si me quedo será la espada la que caiga al vacío. De uno u otro modo la lucha a terminado y mis argumentos han sido derrotados.

Ahora debo enfrentarme a la realidad como aquella niña a la que te empeñas en no olvidar. Volverá la ilusión y llenará los huecos que ha dejado libre la razón. Mis labios se desentumecerán y sonreirán. Volverá el viento a contar con el sonido de mi risa y mis ojos olvidarán cómo llorar. Pero hay algo que debes saber. Esta vez no habrá vuelta atrás. El orgullo que me salvó una vez ya no volverá. He agotado mis recursos en una guerra absurda que pensé me haría más fuerte y que me ha dejado sin nada. No seré capaz de recorrer de nuevo el camino hasta la cima de la montaña ni tampoco me quedarán fuerzas para huir intentando salvar el dolor con la distancia.

Debes entender que llegados a este punto saltar al vacío sería lo más fácil... pero coger el camino fácil es lo que me ha llevado hasta aquí y por una vez he aprendido la lección. Me quedo, asumiendo todo lo que esta decisión conlleva. Dejaré de luchar y encajaré los golpes que vendrán lo mejor que pueda. Dejaré de huir y miraré atrás por primera vez en mucho tiempo. Olvidaré todo aquello que me empujó a seguir este camino y empezaré a trazar uno nuevo.

Ha llegado el momento de asumir los hechos, aunque saltar al vacío es algo que podré hacer en cualquier momento...

domingo, 8 de febrero de 2009

Carta a un desconocido

Y si te digo "te quiero" ¿cambiaría algo? ¿Sería más azul el cielo o más frío el mar? ¿Dejaría acaso de pensar en lo que pude haber hecho y me centraría en seguir adelante?
"Te quiero" no son más que dos palabras en las que imbuimos ciertos sentimientos, pero con sentimientos o sin ellos en el fondo no son más que un par de letras que al final acabarán en el olvido como tantas otras que ya las han precedido. Si tan importante es para ti te las recitaré una y otra vez hasta que te canses de oírlas, pero no me pidas que crea en ellas porque sé que acabarán guardadas y olvidadas en algún cajón y creo que merecemos algo mejor.
Deja que te cuente cómo estuve horas delante del espejo peinándome y cambiándome una y otra vez de ropa la primera vez que fuimos al cine. Y todo para acabar con una coleta, unas deportivas y unos vaqueros. O lo nerviosa que me ponía cuando llegabas tarde hasta que asumí que simplemente la puntualidad no era lo tuyo. Deja que te cuente lo feliz que me hacía que me dedicaras una sonrisa y lo que significaba para mi que respetases mi silencio... Hay cientos de momentos que atesoro en mi memoria y que me hacen sonreír cuando los recuerdo. Y son esos recuerdos los que me hacen levantarme y seguir adelante cuando creo que no puedo más. Saber que vale la pena luchar para poder atesorar muchos más de esos momentos, contemplar el presente y ansiar el futuro sin olvidar el pasado. Porque quiero seguir atesorando momentos que me hagan reír cuando la tristeza haga acto de presencia o la melancolía me acompañe.
Si para ti es tan importante que te diga "te quiero" como lo es para mi seguir contando contigo prometo no olvidarme nunca de despedirme con esas palabras. Ya sea en persona, por teléfono o por carta. Y si alguna vez me despisto y no te lo digo espero sepas perdonar mi olvido.

Te quiero