viernes, 23 de octubre de 2009

Pintura de color

Tirada en la acera de ninguna ciudad veía la vida pasar sin color. La lluvia apenas mojaba y las farolas solo iluminaban aquello que pasaba por debajo. Decidida a perderse deambuló de un lado a otra en busca de alguna pintura de color, pero nunca la encontró. Y ahora que vieja y cansada se queda sentada se da cuenta que la pintura siempre estuvo donde se negó a mirar y aunque sea lo último que haga se pone a pintar llenando la acera de los paisajes que ha recorrido en busca de aquello que ya tenía.

1 comentario:

Indefinida e indefinible dijo...

Qué triste, una vida gastada por no haber sabido mirar en el sitio adecuado... Da un poco de miedo, ¿no?
Me alegro de que al menos, aunque fuera cerca del fin, encontrara los colores con los que iluminar lo que encontró.

:D
¡Me alegra leerte!