jueves, 13 de mayo de 2010

Sin sentido

Llega y tengo miedo.
Pensé que cuando llegara el momento estarías aquí para darme la mano.
Para hacer que todo fuera más fácil.
Para que no tuviera que enfrentarme a ello sola.
Pero llega y tu no estás.
Y tengo miedo.
Miedo de que no llegues a tiempo para verlo.
Miedo de tener que seguir sola.
Miedo de tener miedo y no hacerlo.
Miedo de no poder mirar atrás y perderte para siempre.
Me siento y espero a que llegues.
No sé si ya estás en camino.
No sé si sabes que llevo esperándote desde hace tiempo.
No sé si vas a llegar a tiempo.
Tiempo.
No recuerdo la última vez que me acordé del tiempo.
Tampoco recuerdo el tiempo que llevo aquí.
Y te espero.
Te espero porque tengo miedo.
Porque no quiero perderme sin haberte dicho cuánto te quiero.
Espero.
Y la espera me desespera.
Intento encontrarte.
Llamarte a gritos si hace falta.
Necesito que llegues a tiempo.
Pero no llegas.
Debo hacerlo.
Al menos te debo eso.
Te lo debo.
Por todas las veces que me has dado la mano.
Por las carcajadas.
Por los silencios.
Por las caricias.
Por los abrazos.
Por el tiempo.
Atrás quedó todo aquello.
Y a mi se me acaba el tiempo.
Ven.
Aun estás a tiempo.
Pero no llegas.
Y yo no puedo esperar más.
Te lo dejo escrito.
Lo escribo y lo guardo donde siempre.
Así podrás encontrarlo.
Ven a buscarlo.
Y si quieres después ven a buscarme a mi.
Prometo tener mil aventuras que contarte.
Prometo no olvidarte.
Lo prometo.
Se acaba el tiempo.
Llega el momento.
Miro atrás y espero encontrarte.
No puedo esperar más.
No sé cuándo tendré otra oportunidad.
No sé si habrá otra oportunidad.
Debo hacerlo.
Ojalá llegues a tiempo...

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