miércoles, 23 de abril de 2008

Desconectar

Una vez más despierto sobresaltada en mitad de la noche. Las sábanas pegadas a mi piel y el pelo revuelto. Miro a mi alrededor y la oscuridad me saluda con su triste y ya conocido silencio. Intento tranquilizarme, sólo ha sido un sueño... pero tanta quietud me inquieta. Me levanto, quito las sábanas y me preparo un baño. Algo de música y unas cuantas velas.

Ya en la bañera, cubierta de espuma, me relajo. Mis músculos hasta entonces en tensión quedan laxos, en mi cabeza sólo un lienzo en blanco. Mi respiración se acompasa a la lenta melodía de fondo, una canción conocida que ahora no recuerdo. Tranquilidad.

Es entonces cuando haces acto de presencia, como siempre que bajo la guardia. Sin que apenas me de cuenta empiezas a pintar en el lienzo blanco. No tienes un propósito definido, colores y formas se mezclan en mi cabeza como una danza inprovisada. Vuelve la inquietud, la respiración agitada y el miedo irracional. Cuando quiero darme cuenta lo has conseguido de nuevo. Tu solo recuerdo me despierta y desconcierta. La música ha cesado y el agua empieza a enfriarse. Salgo y aún empapada decido llamarte. Necesito terminar con esto. Un tono... dos tonos... quizás debería colgar, no ha sido una buena idea... tres tonos... voy a colgar. "¿Hola?" Tu voz soñolienta me recuerda qué hora es y evoca a su vez demasiados recuerdos. Noches en vela estando a tu lado, risas y lágrimas compartidas, un parque, una tarde tormentosa... "Lo siento, me he equivocado" es la única respuesta que puedo articular antes de colgar.

Sentada en la cama me reprendo tanta estupidez hasta que el teléfono me sobresalta. Eres tú. Descuelgo y espero mientras oigo tu respiración al otro lado del teléfono. Antes no había incómodos silencios. De pronto, una voz desconocida pregunta si pasa algo. Sonrío, aunque se que no puedes verme. Ha sido una noche larga. Apago el teléfono, cambio las sábanas y me pongo el pijama. Me entretengo un rato desenredándome el pelo, una larga trenza y a la cama. El sol empieza a despuntar por la ventana. Quizás ahora consiga dormir.

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