viernes, 2 de mayo de 2008

Pensamientos Inconexos

Sabes que no debes hacerlo.
Ya lo hemos hablado.
Me conoces.
Sabes que me desmoronaré.
No quiero pasar por esto otra vez.
Lo sabes.
Aun así me abrazas.
Y pasa.
Sabes que no lo soporto.
No quiero que me toquen cuando estoy mal.
Parece no importarte.
Lo haces igual.
Te acercas.
Te rehuyo.
No te das por vencido.
Lo intento.
Me conoces demasiado bien.
Caigo.
Me coges.
Una vez más sobran las palabras.
Tiemblo.
Me abrazas más fuerte.
Lloro.
Me ofreces pañuelos.
Grito.
Gritas conmigo.
En unas horas va a amanecer.
Tú te irás.
Nos despediremos una vez más.
Promesas que no cumpliremos.
Ni tú, ni yo.
Consejos difíciles de seguir.
Advertencias que quedan en el olvido.
Horas en silencio donde lo decimos todo.
Los restos de la cena aun sobre la mesa.
Las botellas vacías.
La música hace un rato que ha dejado de sonar.
No llegamos a ver la película.
El título yace como fondo de pantalla.
¿Damos una vuelta?
Hace frío.
Mejor nos quedamos en casa.
Recordamos.
Sonreímos.
Discutimos.
Hacemos las paces.
Lo has conseguido.
Como siempre.
La música vuelve a sonar.
Una canción conocida.
Momentos compartidos.
Confidencias.
Risas.
Lo sabes.
Lo se.
Ya no es lo mismo.
Volvemos a caer.
Ayer.
Hoy.
Mañana.
¿Importa?
A mi sí.
A ti también.
Un ascensor.
Yo y el suelo.
Responsabilidades.
Ahora no.
Mejor se quedan fuera.
Haciendo compañía al mal humor.
El reloj avanza.
Lo guardamos en un cajón.
Se te olvidará.
Así tendrás que venir a verme.
Chantaje.
Lo siento.
Palabras prohibidas.
La playa.
Queda demasiado lejos.
La distancia no es impuesta.
Nunca compartiste mis decisiones.
Nos hicimos demasiado daño.
Me equivoqué.
Te equivocaste.
No importa quién empezó.
Lo hicimos.
Cabezonería.
Algo compartimos.
Cosquillas no.
No empieces.
Ni se te ocurra.
Miento.
Lo notas.
Mientes.
Lo noto.
Duele.
Callamos.
Nos gritamos.
Nos entendemos.
Me conoces.
Te conozco.
El sol despunta por la ventana.
Lo sabes.
Lo se.
Esta vez será mucho más que un par de meses.
Lo mereces.
Lo merezco.
Ojalá fuera más fácil.
Nos llamaremos.
Mantendremos el contacto.
Siempre lo hacemos.
Para bien.
Para mal.
Estarás bien.
Estaré bien.
Sigue siendo un hasta luego.
No quiero que eso cambie.
Tengo miedo.
No puedo hacerlo.
Confieso.
Confiesas.
No hay represalias.
¿Sorpresa?
No.
Confianza.
Ahora ya lo sabes.
Detalles.
Eres más fuerte que yo.
Pero ahora me toca a mí ser fuerte.
Lo soportaré.
Me necesitas.
Te necesito.
No nos vamos a fallar.
Ahora no.
Hemos vuelto a ver amanecer.
Esta vez no me toca volver a casa a hurtadillas.
Queda pendiente una noche de cine.
¿En Palma?
Tal vez.
¿Y si…?
No sigas.
Ya no importa.
Quieres volver.
Si.
Tú no volverás.
En vacaciones.
A ver a la familia, los amigos…
Hasta ahora era al revés.
Hasta ahora no podía decidir.
Siempre has podido decidir.
Lo decidiste hace mucho tiempo.
Tú también.
Se hace tarde.
No olvides el reloj.
Es mejor así.
Quizá.
La próxima invito yo.
Sólo si es un helado de Ca’n Miquel.
Hecho.
No lo hagas.
Estás mal.
Te vas.
Eso ya lo sabías cuando me dejaste entrar.
Quizá por eso no quería verte.
Excusas.
Ven.
No quiero despedirme así.
Está bien.
Me voy.
Lo vuelves a hacer.
No pensarías que me iría sin una sonrisa.
Son lágrimas, no sonrisas.
Lo vuelves a conseguir.
Consigues calmarme.
Haces que por un momento lo olvide todo.
Siempre es igual con tus abrazos.
Lo sabes.
Haces que duren más de lo necesario.
Me encanta.
Sonrío.
Te encanta.
Otra noche que parecen escasos segundos.
Te acompaño.
Llegó la hora.
Sonríes.
Sonrío.
Te echaré de menos.
Hazme caso por una vez en tu vida.
Lo intentaré.
Mentirosa.
¿Tú lo harás?
Quizá.
Avísame cuando llegues.
Lo haré.
No lo harás.
Se te olvidará.
Seguramente.
No tienes remedio.
Eso ya lo sabías.
Hasta luego.
Te alejas.
Ya debes haber salido del portal.
Cierro la puerta.
Recojo los restos de la cena.
Pizza fría.
Cómo no.
Pienso en todo lo que hablamos.
Siempre me has dado buenos consejos.
Quizá debería intentarlo.
Hacerte caso.
No tengo mucho que perder.
Ahora ya no.
Quizá lo haga.
Si.
Lo haré.
Descuelgo el teléfono.
Se que me estás deseando suerte.

No hay comentarios: